Entrevista a Julián Sánchez: técnico refrigeración industrial JGarrido
La refrigeración industrial es, para Julián Sánchez, «un trabajó del que me siento muy orgulloso». En cada instalación trata de aportar sus conocimientos, su saber hacer, y su profesionalidad. Se trata de «un sector vital para el correcto funcionamiento de la cadena de frío» que, «si fallara reaccionaria como un castillo de naipes».
Como parte esencial del equipo de técnicos cualificados en instalaciones frigoríficas y de climatización de J. Garrido Refrigeración, Julián comenzó a trabajar con nosotros en 2019, y no hizo falta mucho tiempo para darnos cuenta de que es todo un genio con los pies en la tierra.
En su día a día, Julián recibe sus encargos a primera hora y prepara los materiales oportunos para el trabajo de la jornada. «Siempre hay que llevar un poco de todo, porque en la mayoría de las incidencias no sabes lo que te puedes encontrar».
Como buen embajador de la cortesía al más puro estilo J. Garrido Refrigeración, nada más llegar a las instalaciones del cliente, Julián pide permiso para realizar la reparación y accede al lugar en el que se ha detectado una incidencia. «Una vez dentro hay que localizar la avería y proceder a su reparación, y finalizado el servicio se rellena el parte de trabajo electrónico para que sea firmado, por mantenimiento o el encargado de la instalación y de vuelta a la furgoneta a por el siguiente aviso».
Como buen embajador de la cortesía al más puro estilo J. Garrido Refrigeración, nada más llegar a las instalaciones del cliente, Julián pide permiso para realizar la reparación y accede al lugar en el que se ha detectado una incidencia. «Una vez dentro hay que localizar la avería y proceder a su reparación, y finalizado el servicio se rellena el parte de trabajo electrónico para que sea firmado, por mantenimiento o el encargado de la instalación y de vuelta a la furgoneta a por el siguiente aviso».
Como también han indicado otros de sus compañeros de trabajo, el suyo es, para Julián, todo lo contrario a monótono. «Vas solo o acompañado, y cada cliente, instalación, ubicación y necesidades de la empresa que requiere el servicio son distintas».
Confiesa que una de las cosas que más le gusta de su jornada es que supone un reto. Y en este sentido explica lo mucho que le gusta «romperme la cabeza» pensando en posibles soluciones para una avería. Y es que las incidencias pueden ir «desde un simple error de configuración o una sonda averiada, hasta averías eléctricas o hidráulicas. Cada día es distinto».
Anécdotas tiene muchas, dice, «pero algunas se quedan en privado». Una que sí puede contar: en un viaje de Ronda a Málaga, ya amaneciendo tras una larga noche de trabajo, el compañero con el que trabajaba ese día «empezó a encontrarse con mal cuerpo (todo esto antes del COVID), y tuvimos que parar en más de cinco ocasiones».
Refrigeración industrial vital
Trabajar en la Refrigeración Industrial no fue tanto una decisión como un descubrimiento. «Desde pequeño he tenido curiosidad por la informática, electricidad y electrónica, por eso comencé la formación profesional de grado medio en frío comercial e industrial y climatización». Y en cuanto se dio cuenta de lo mucho que le gustaba, hizo un grado superior en mantenimiento de instalaciones térmicas y de fluidos.
«En esta profesión se dice que hay que saber hacer de todo, desde desagües para un evaporador, hasta reparar o modificar cuadros eléctricos tan grandes como armarios».
J. Garrido: Respuestas en frío
Julián considera que su empresa destaca en el sector con respecto a otras ya que, desde su punto de vista, «de cara al público se ofrece una relación (…) de calidad y pensando en lo mejor para su maquinaria, ya sea en cuestiones de seguridad, ahorro energético y rendimiento». Es lo que tenemos a bien llamar Respuestas en frío, un sistema único basado en dos componentes principales: la profesionalidad y la cortesía.
El horario de trabajo, indica, también les diferencia como empresa. Porque, al igual que en otros países de Europa, en J. Garrido no se hace horario partido, sino jornada contínua. Esto se hace de cara a aprovechar el rendimiento de los trabajadores, lo cual «se verá reflejado en la productividad de la empresa y en sus clientes».
«Todos los días son un reto por cumplir, hay algo nuevo que aprender, un paisaje por descubrir, personas y trabajos por conocer (…) No sólo dentro de mi profesión, también como persona», concluye.