Cómo funciona un circuito frigorífico
Desde sus orígenes, el ser humano ha buscado siempre los mejores sistemas para conservar los alimentos a baja temperatura con, la intención de que su propio abastecimiento de carnes, pescados, verduras o frutas no requiriera su constante esfuerzo, y al mismo tiempo el almacenamiento de víveres no pusiera en riesgo lo que tanto trabajo le costaba conseguir.
En la edad moderna, para conservar productos perecederos o mantener alimentos frescos o congelados a una temperatura óptima, disponemos de tecnología suficiente para lograr ese objetivo. Esto se lo debemos, sin duda, al circuito frigorífico.
¿ Qué es un circuito frigorífico ?
Un circuito frigorífico es en esencia algo tan básico y, al mismo tiempo, tan sofisticado como la interconexión de una serie de elementos capaces de conseguir una temperatura controlada dentro de un espacio cerrado y con unas medidas que se adapten a nuestras necesidades. Hablamos, por tanto, de mantener un clima a la medida de las características del producto que necesitemos conservar o congelar.
Esquema de un circuito frigorífico
Se necesitan 4 elementos indispensables para hacer funcionar con éxito una instalación de frío o climatización:
- Un compresor, el dispositivo que mediante aspiración y compresión de un fluido* hace que se produzcan los primeros cambios de estado en este.
- Un evaporador, el elemento que se encuentra dentro del recinto a enfriar y que es el productor principal de frío… Lo identificamos familiarmente como la placa que antiguamente nos encontrábamos al fondo del frigorífico doméstico y que estaba muy fría al tacto.
- Un condensador, otro elemento indispensable y que es fácilmente reconocible en cualquier frigorífico, la placa negra que todos hemos visto alguna vez detrás de nuestra nevera doméstica.
- Y por último, el gas refrigerante, complemento indispensable y gran protagonista de los cambios de estado necesarios para conseguir las bajadas de temperatura en nuestro frigorífico.