Refrigeración industrial, ¿un mundo de hombres?
Si bien la refrigeración industrial es un sector eminentemente de hombres, también se trata de un área en el que las mujeres son las encargadas de hacer que todo funcione de forma óptima. Y es que, siendo marzo como es un mes tan especial para la conmemoración de la mujer, y más concretamente de la mujer trabajadora, no podíamos dejar de mostrar, a las nuestras, nuestro más sincero respeto.
En J. Garrido, como ya sabes, tenemos un sistema de trabajo al que nos gusta llamar ‘Respuestas en frío’. Y hoy queremos confesar que ese sistema no sería posible sin Carmen Domínguez y Magdalena Rodríguez, las mujeres de la empresa, el motor de la maquinaria que mueve todos los engranajes, donde empieza todo.
Magdalena es el alma del departamento de Administración. Lleva la gestión de la empresa desde sus comienzos y no hay dato que se le escape. «Empecé con J.Garrido desde sus inicios», explica, «llevando la parte administrativa y de gestión y si hacía falta ayudando en la parte técnica en algunas ocasiones como ayudante de taller».
Carmen es una todoterreno de la Administración y las Finanzas, y nunca se le escapa un detalle en el trabajo. «Llevo aquí desde 2018, previamente había hecho mis prácticas de ciclo superior, y cuando me llamó Alberto, me vine aquí».
Refrigeración industrial, un mundo de hombres
A la pregunta de por qué creen que la refrigeración industrial es un mundo eminente masculino, Carmen y Magdalena coinciden en que, en general, «no llama la atención en las mujeres», aunque, «dicen que en el sector de la climatización si han visto que haya más».
«No es un trabajo muy asequible», continúa Carmen, «porque es muy físico, y aunque ciertas tareas si podrían llevarse a cabo sin dificultad, es cierto que las instalaciones son complejas».
Las dos tienen claro que, en su empresa, no hay separación por sexos, «trabajamos en conjunto y colaboramos desde el respeto». No es cuestión de género, es cuestión de parcelas. Cada persona tiene su trabajo, y lo realizan, todos, con profesionalidad.
«Todo nuestro trabajo es valorado», indica Magdalena, o Magda, como la llama Carmen cariñosamente. «Sin nuestro trabajo, ellos son conscientes de que la empresa no podría seguir adelante, así como nosotras somos conscientes de que sin el trabajo de ellos tampoco podría salir adelante». «Si es cierto», ríe Magdalena, «que no soy una trabajadora más, al fin y al cabo soy ‘la jefa’ como ellos me dicen».
Igualdad y respeto
Explican, tanto Carmen como Magdalena, que «no notan diferencia» por ser mujeres que, «no hay trato desigual». «Jamás se nos ha tratado de forma diferente por ser mujer», concluye Magdalena, que incide en que, el trabajo de cada uno, «se respeta y se valora, y siempre con cariño».
En su día a día, estas dos grandes mujeres llevan «un control de los partes de trabajo que van realizando ellos, y los vamos facturando a los clientes. Hacemos los presupuestos que ellos elaboran y actualizamos, constantemente, tanto los documentos de los trabajadores como los cursos de formación. Hacemos el control de cobros y pagos, y gestión preventiva de la empresa», finalizan.